Erase una vez, una persona que dedicaba su tiempo a los
demás…
Así comienzan muchas historias, que nos hablan de afecto,
de consideración, de ánimo de mejorar un poco este mundo.
Hablan de personas que
pudiéndose dedicar a cualquier otro trabajo, deciden un día, que lo que desean, es brindar su tiempo a otras personas. Es más, las hay que lo hacen de forma
totalmente altruista.
Gracias a todas ellas podemos dar sentido a la palabra
hospitalidad.
Sin ese tejido humano tan sumamente elástico y resistente
no existiría dicho término, que significa: admisión, aceptación, acogimiento…
De estas hermosas palabras se desprenden otras, de bello
contenido. Para aceptar, se precisa un acto de voluntad, la voluntad es la intención
firme, el ánimo y el libre albedrío.
Para querer acoger, solo hace falta el deseo de ser
favorable y benévolo.
El termino admisión, en esta vertiente humana, es el hecho
de no cuestionar, de no
despreciar, de asumir con naturalidad, las dificultades o
las peculiaridades de aquellos que son acogidos. De otra forma, no podemos hablar de
hospitalidad.
Gracias a tod@s las que un día decidisteis entregaros al resto de la humanidad para dar confort, alegría y esperanza, por que por tod@s vosotr@s este mundo es, un mundo mejor. Gracias
Que palabras tan bonitas: "hospitalidad","altruista","aceptación","acogimiento.Yo añadiría - si me lo permite - la palabra solidaridad. Son palabras hermosas, olvidadas y en desuso. Enhorabuena por su entrada . Un Saludo.
ResponderEliminarCierto. La palabra solidaridad falta...Y es tan necesaria en el texto , por que ella lo define en su conjunto. Gracias por sus opiniones :-)
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