Nunca imagine que el último aliento de mi vida, sería estar inmerso en recuerdos, mezclados con
dolores, para dar a luz a un hijo, concebido puramente por el ingenio fortuito
de un evento casual…
En un mundo que ya no conserva nada natural, nada sin
manipular genéticamente. En este mundo, que a mis 96 años ahora abandono, es
completamente diferente del de mi niñez…
Cuando era crío, recuerdo claramente haber jugado entre los
campos de naranjos de mi abuelo…El perfume de azahar, aun flota en mí menoría
como la más hermosa de las reminiscencias.
Todo comenzó a cambiar cuando 50 años atrás, La falta de
recursos energéticos y la contaminación, hacían casi inviable la vida en el
planeta. La falta de atención por parte de los gobiernos mundiales y el
poderoso e interesado lobby del petróleo, hicieron oídos sordos a la
advertencia de científicos y ecologistas que advertían de la catástrofe que se
cernía sobre nuestro mundo.
Ese no era el peor de
los problemas… La contaminación y la manoseada genética, causo un daño
irreparable en el sistema reproductivo de las personas, que sin más, dejaron de
tener descendencia, y poco a poco fueron desapareciendo los niños del maltrecho mundo…. De no adoptar medidas
inmediatas, todo se iría al traste…
Pero como en una mala película apocalíptica, de esas
americanas de mi infancia, en la que en el último momento, todos se ponían de
acuerdo, y en un extremo intento de
salvar a la humanidad, todos trabajaban codo con codo, gobiernos, científicos y
toda clase de especialista, encontraron la solución…
Eventualmente la
industria de la manipulación genética, prolija e insaciable, no solo había desarrollado alimentos transgénicos, sino que se habían investigado muchos otros
terrenos como la creación de órganos y métodos médicos para curar todo tipo de
enfermedades… La mayoría, debidas a la propia manipulación de genes.
Con toda la información de la que disponían, fue creado un
combustible que no solo era eso, sino que tenía la cualidad de regenerar el
medio ambiente…
Partiendo de unas algas, que proliferaron misteriosamente en
todos los océanos, se comprobó, que no solo soportaban estoicamente la
presencia de los metales pesados, sino, que también los acumulaban en su biomasa.
Con la combinación de cactus de aloe
vera Agave Americana Marginada, ese que vemos adueñándose de todas las cunetas,
que según cuentan los botánicos, lo ultimo que hace en su vida, es desarrollar
la flor en la que guarda sus semillas… Semillas que dan lugar a una nueva vida.
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