Vacío el veneno que
cubre mi alma, lo vacío, por no sentir odio, ni desprecio...
despojo de todo
sentimiento nocivo, mis sentidos; mi mirada se enfrenta a la sutil
nada.
Para borrar la
patina de pegajoso y grasiento toxico, que asfixia mis entrañas...
Siento, que lo que
me envuelve de gris y frio, se convierte en nada.
Nada.
La Nada que
desintoxica, la pútrida realidad adulterada...
Deseo sanar mi animo, sin
dobleces, con descaro. Sin las sombras que me trasponen y que me dejan
desnuda y desamparada...
Solo soy una
cremallera que cierra la frontera entre la virtud y la ignorancia.
Quiero ser, un
algodón suave y níveo que permanece pulcro para refugio de otras
almas.
Soy una veleta, que
arrastrada por el viento se siente desamparada, ávida de equilibrio
y emocionada.
Quiero ser la tabla
que prodiga vida, durante la tempestad...
Solo soy una mota a
la deriva, una muesca en su glosario; Ni siquiera una palabra de su
vocabulario...
Quiero ser una
flecha ardiente, que atraviesa un corazón para quererle...
Periplo que
atraviesa la nada; que vacía mi mirada; que desnuda mi alma y acuna
mi desesperanza...
Deseo mi alma vacía, para
volver, a ser llenada...
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