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martes, 20 de marzo de 2012

Erase que se era


Erase que se era,  en un pueblito  Asturiano,  una pequeña a la que le gustaba pasear por los prados verdes cuajados de flores en primavera. La niña se perdía, a menudo en la inmensidad que la embargaba y solía tumbarse a mirar el baile de las blancas nubes, imaginando que algún día, ella alcanzaría el cielo con sus dedos… Llego el verano y con el los largos días llenos de luz y de calor. Ella, continuaba creciendo y soñando…

Las nubes del cielo cada vez la atraían más y en su casa explicaba con ilusión a su abuelo, el sueño que adoraba. Llegar allí donde nacen las nubes, decía llena de entusiasmo, perseguirlas  y descubrir el final del arcoíris…

Llego el otoño perseguido del invierno y ella seguía pensando en el aspecto de algodón de las nubes, a veces de un blanco impoluto, a veces de color purpura y entre medio, de todos los tonos de los que esta pintado lo eterno… Como mas crecía, mas se acercaba su voluntad a su cielo de niña.

Y creció y camino...

En su camino se dirigió, desde su montaña Asturiana, a otras cada vez más lejanas, para desde allí, contemplar el hermoso alumbramiento que  la Madre Naturaleza  le regalaba cada día. No se cansaba de viajar por el mundo buscando alcanzar su sueño.

Una mañana de regreso a su pequeña  aldea, después de haber visto el cielo desde todos los rincones del mundo, en aquel camino la recibió su abuelo que desde lejos le señalaba el cielo…Ella corrió a su encuentro a la vez que miraba y veía a lo lejos el final del arcoíris de sus sueños…

Y colorín, colorado… ¡Este cuento se ha acabado!


2 comentarios:

  1. Hermosas palabras... en forma de cuento... Me gusta!!

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  2. Gracias por tu visita y por hace que sienta que es un placer ser leído :-)

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