Aun no sé porque, vivo dentro de una jaula,
en la que sin juicio alguno, me sentenciaron a estar aislada y sola y me
dejaron sin dignidad. Se suspendieron mis derechos, se anularon mis principios,
se arrancaron de cuajo mis prerrogativas…
Vivo
dentro de una jaula, una jaula figurada; que aprieta mis sentidos, que
constriñe mi alma… Dentro de ella, siento hervir mi sangre y sin reposo, mi
instinto me empuja a socavarla.
Cárcel,
deprimente, que sin ningún sentido me aísla de mi destino porque a la vez me atrae,
y me separa, de lo más hermoso, de lo más esencial… Este encierro, me tiene
vacía y triste; sin dignidad.
Sus
rejas insidiosas, no dejan que mi ánimo vuele, para poder alcanzar la
libertad, pero no me quedare esperando una amnistía, porque mi carcelero ha desdeñado mis suplicas y no siente piedad.
No me
queda más remedio que luchar, luchar, codo con codo, con quien como yo, también
se siente dentro de una cárcel figurada, que nos priva a todos, de nuestra
preciada libertad…
Siento
el palpito de cientos, de miles de hermanos, que tras las mismas rejas, lloran,
suplican, claman, gritan, pero nada conseguirán… porque nuestro carcelero, hace
tiempo que dejó de escucharlos ya.
Solo
hace falta una cosa, para demoler esta prisión singular, aunar nuestra fuerza y
dejar de penar. Para poder despertar de esta pesadilla, para poder escapar del
yugo de los déspotas que nos encerraron sin dudar, en esta jaula figurada, que
nos priva, sin sentido de nuestra dignidad…
No hay comentarios:
Publicar un comentario