Día dos, cuento dos.
Despertó del sueño inquieto que produce el exceso de alcohol y
drogas de una noche sin sentido...un pequeño paseo que le pareció
una odisea, le llevo hasta el cuarto de baño. La resaca le estaba
matando. Se miro al espejo y sus ojos inyectados en sangre le
parecieron los de un psicópata. La cabeza le daba vueltas y tenia la
sensación de que le iba a reventar...Era incapaz de pensar y las
nauseas le golpearon donde mas dolía. En la dignidad…
Después de sacar la cabeza del taza del water y tirar de la
cadena, allí arrodillado, despelijado, sudoroso y maldiciendo el día
en que nació, se pregunto por que demonios se estaba castigando
tanto.
Se incorporo, torpemente y como pudo se metió bajo la ducha. Dejó
que el chorro de agua fría le mojara sin apiadarse. El tampoco se
arredro. Notaba como cedía la presión de su cabeza con el frio
helador del agua y después la notaba resbalar caliente hasta los
pies...Las nauseas le abandonaban a la vez que le invadía el frio,
el mareo tomo otra dimensión. Se desplomo y desde el suelo de la
ducha, no había dolor, ni mareo, ni frio y de repente pudo notar
como su alma abandonaba su cuerpo.
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