Día cinco, cuento cinco.
A ella nadie le había preguntado su opinión sobre el tema...Ya
sospechaba que era insignificante. Pero esperaba un poquito de
consideración. Después de todo, ella era el eje real donde pivotaba
todo. Había entregado su tiempo y sus recursos sin pedir nada a
cambio, con la esperanza de que su familia prosperara. Lo hizo por
amor y con amor. Bien es cierto que disfruto de cada momento y que se
sintió todo el tiempo orgullosa en publico y en secreto…Su familia
lo era todo para ella, sabia que no era perfecta. Sabia que el
equilibrio de afectos a veces era precario. Sabia que el alma humana
tiene muchas dobleces que en ocasiones tapan la materialidad del
sentimiento… Sabia que aunque no se lo dijeran, los suyos contaban
con ella. Sabia todo eso y en su reflexión decidió guardar para
ella, en un doblez de su alma el dolor que le causaba que nadie
hubiera pedido su opinión.
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